Una palabra: Fantástico. En eso se resume la cena en la Taberna Los Gallos. En el Callejón de Puigcerdá. Y en el ático. En una noche algo fría para ser agosto, pero éso es lo de menos. Uno de los sitios más recomendables de la ciudad, sin duda. Y si, además, es con la mejor compañía posible, mejor que mejor. A parte de disfrutar de un local precioso, elegante, acogedor, con mucho sabor, el trato fue excelente. Sin sentirnos agobiados en ningún momento, dejando tiempo al cliente para conversar, para deleitarse con los platos elegidos. En especial, un homenaje desde aquí al estupendo mousse de limón, con su toque de pimienta y todo.
El edificio tiene cuatro plantas diferenciadas para poder comer: la bodega, donde puedes comer rodeado de botellas y con una gran claraboya que te llena de luz, la planta a pie de calle, que cuenta también con mucho encanto, la planta de la cocina, donde puedes comer mientras ves lo que se cuece en los fogones y el ático chill out ( lo más destacado del local ).
Tan solo una pequeña pega, por decir algo, aunque a P.M. le gustara mucho, la elección de la música para el ático se me antojó poco sofisticada. Creo que ganaría bastante más con un toque de sonidos algo más exquisitos, para hacer juego con los paladares más sibaritas.
Vamos, que tengo gallo para rato.
http://tabernalosgallos.com/
PS.
No hay comentarios:
Publicar un comentario