Nunca he aguantado el calor. No lo disfruto. Me paraliza y no me deja estar activa. Aunque muchos no estén de acuerdo conmigo, estoy deseando que llegue el otoño, la verdad. Sin embargo, me gusta el buen tiempo, como al que más, y disfrutar de una buena terraza; éso del terraceo me priva, no confundirse. Es todo un placer. Y qué mejor que si te das a la urbe, lo hagas en La Terraza de la Reina ( En la Plaza de Vazquez de Mella ), la expresión a pie de calle del restaurante Mercado de la Reina, un espacio sibarita para los que saben disfrutar del buen comer. Aunque aún no puedo opinar sobre el segundo, voy a centrarme en la terraza. Merece una visita, desde luego, aunque solo sea por abandonarse a las caricias que produce la ligera aspersión del agua en vapor que desprenden sus ventiladores. Incluso en plena ola de calor, consiguen aliviar la angustia. Una amplia carta de cócteles preparados con destreza y, sobre todo, el delicioso granizado de limón con hierbabuena, hacen el resto. Es también lugar de peregrinación del ambiente para ver y dejarse ver, éso nadie lo duda.
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