Un día A.H. me llevó allí porque vivía en la misma calle. Justo en el portal de al lado. Una de las tantas direcciones que recorrió antes de comprarse su casa. Desde entonces, si paso por la zona o estoy buscando algo en particular, siempre la tengo como referencia. Panta Rhei es una librería diferente, sí, un rinconcito tierno donde puedes encontrar verdaderas joyas para hacer un regalo a alguien especial o donde dar un buen capricho a tu yo igualmente especial, por supuesto.
Además de que te atienden muy amablemente, la oferta es variada. Hay ilustración, libros de diseño, de moda, de fotografía, pequeños antojos estéticos, un sinfín de variedades, de ésas que no te dejan salir con las manos vacías. Además, al fondo, hay un espacio solo dedicado a los más pequeños donde caben también los más grandes. Porque soñar es un ejercicio libre. Panta Rhei.
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